Es muy loable que el Partido Socialista, y tanto el PSOE como el PSC, propugnen -eso parece- un modelo federal para España. El pequeño y malvado detalle es que ya tenemos un modelo federal de facto. Con sus excepcionalidades, como el “cupo vasco”, pero en conjunto similar al de cualquier estado federal normal y corriente. (Y la gran mayoría de los países que han elegido la estructura federal no surgieron de un acuerdo entre estaditos que andaban a su bola).
No pienso que los socialistas crean ni por un instante que un modelo federal, reconocido como tal en la Constitución, fuera a contentar al nacionalismo. Al nacionalismo eso no le interesa lo más mínimo. Al contrario. El modelo federal sepulta la diferencia. Nunca les gustó el “café para todos”. Y no tienen empacho en aprovechar la crisis para decir que sí, que hay que reducir drásticamente el Estado autonómico. ¿Cómo? Quitándoles la autonomía a Castilla, Murcia, Cantabria, Andalucía, La Rioja, Canarias, Baleares, Extremadura, etc.
Tengo la impresión de que los socialistas agitan la bandera federal para su propia tropa. No vaya a ser que les llamen fachas por oponerse a la ruptura de España.

