Se ha puesto en circulación un manifiesto que intenta convencer a los catalanes de que la secesión no es la única salida y ni siquiera la más inteligente ahora mismo. A cambio, ofrece como alternativa -a los unos y a los otros- una España federal. En una Europa federal y socialmente justa, por supuesto. Se titula “Llamamiento a la Cataluña federalista y de izquierdas” y lo han firmado ciento y pico de intelectuales catalanes, entre los que la prensa destaca a la cineasta Isabel Coixet, la escritora Anna Maria Moix y el ex fiscal Carlos Jiménez Villarejo.
Yo entiendo que en estos tiempos un intelectual no da abasto, con twitter y todo lo demás a lo que atender. Por eso les brindo aquí, por si no lo conocieran, un resumen de lo que respecto de España escribe uno de los más conocidos estudiosos del federalismo contemporáneo, y especialista en federalismo comparado, Ronald L. Watts, en su libro “Sistemas federales comparados” (1999; edición española en 2006).
España también ha afrontado un proceso dual de federalización materializado en un proceso de devolución interna y de integración externa dentro de la Unión Europea. (…) Como parte de la democratización postfranquista y como mecanismo de equilibrio de los fuertes intereses regionales fomentados por los resurgidos nacionalismos vasco y catalán, España ha seguido un proceso de regionalización. Se han creado entidades llamadas Comunidades Autónomas en un total de 17 dentro de un país de unos cuarenta millones de habitantes.
(…) Aunque las diferentes regiones hayan accedido a la autonomía a diferentes velocidades, la intención es que a la larga la situación de las Comunidades autónomas sea menos asimétrica. Mientras la Constitución española no se define a sí misma como explícitamente federal, estructura un listado de competencias que son exclusivas, ya del gobierno central, ya de los regionales, mientras otorga el poder residual al gobierno central. Así, España es una federación en todo excepto en el nombre, con 17 Comunidades Autónomas ostentando una habilitación constitucional para desempeñar un notable grado de autogobierno. España es ahora uno de los países más descentralizados de Europa, pero cuya regionalización política ha derivado menos de un mandato constitucional y más de estrategias de partidos, de una competitividad y de la adopción de distintos acuerdos dentro de un marco constitucional abierto.
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Me barrunto la réplica, y lo siento, en pareado: ¡Nos da igual, nosotros queremos que se llame federal!
Yo creo, sin embargo, que quieren otra cosa. Quieren evitar que les llaman fachas por oponerse, aun en voz bajita, a la secesión. De ahí ese curioso empeño por hacer federal lo que ya es federal.