La retirada de anunciantes del programa La Noria, de Telecinco, no tiene, al parecer, precedentes en España. Es decir, no se había producido hasta ahora una retirada anunciada, valga la redundancia. Pues los anunciantes se retiran constantemente, pero por la puerta trasera, sin hacer ruido; se van y punto. La entrevista a la madre de El Cuco -condenado por encubrir el asesinato de Marta del Castillo- puso en marcha un tipo de campaña habitual en otros países: presión sobre las marcas que se publicitan en un programa o en un medio de comunicación a fin de que dejen de hacerlo. Lo extraño es que esos boictos aún no hubieran tenido aquí proyección ni éxito.
En una tertulia en la radio, esta semana, alguien comentó que estas cosas -se refería a la entrevista- sucedían por culpa de “la autorregulación”. Pero lo contrario significaría que algún tipo de organismo oficial u oficioso, tipo CAC, regulara -censurara- los contenidos y aplicara sanciones y multas. Yo creo, sin embargo, que la autorregulación es perfecta. No porque piense que los medios van a portarse como buenas personas responsables, sino porque incluye la posibilidad que ahora se ha hecho realidad: la retirada anunciada de anunciantes. Con el mercado hemos topado, Jordi.


¿Alguien sería tan amable de explicar qué significa exáctamente “monetizar” deuda? Gracias.