Magnífica la salida del atolladero italiano: un hombre de 87 se hace cargo, otra vez, del asunto. Desde luego que no es el único político italiano que juega en la liga de los abuelos; prácticamente todos los demás están ahí, incluido el payasete Grillo, aunque éste y el otro payaso cultivan, cada cual a su manera, la imagen juvenil.

Naturalmente, Pepito Grillo  se desentiende de cualquier responsabilidad. No quiso pactar con Bersani, el que obtuvo más votos,  ni con nadie -eso es pastelear, eso son componendas, chanchullos por debajo de la mesa y por atrás-, pero dice que “es muy injusto acusarnos a nosotros de todo este lío”. Tiene razón; no le votaron para que contribuya a resolver problemas.

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Hoy, gran velada en Vigo. En el Club Faro.

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Boston y la “histeria” americana (En VLC News)

Sólo hay algo más absurdo que sentirse superior a los norteamericanos, y es sentirse inferior a ellos. Pero entre esos dos polos se mueven los sentimientos de no pocos europeos respecto de Estados Unidos. Es el complejo amor-odio. Y nada lo excita más que los sucesos trágicos, se trate de un atentado terrorista o de una matanza provocada por un psicópata.  (Seguir leyendo)

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George Soros (JGD en ABC Cataluña)

Que George Soros haya elegido Barcelona para alojar su fundación indica que acaso no esté todo perdido aún en el proceso de tibetanización de la cultura catalana. (Seguir leyendo)

Definir como ”casta” a los políticos se ha vuelto muy común, pero sigue sin resistir un escrutinio medianamente riguroso. Es decir, si el significado de  las palabras no se decide a la manera de Humpty Dumpty, el personaje de Alicia en el País de las Maravillas: “Cuando yo uso una palabra quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.”

Los sistemas de castas que han existido, o aun existen, son formas de estratificación social que vienen dadas de nacimiento y son inalterables. La casta es cerrada: no hay mezcla con otras castas ni con otros grupos.

Si la política engendra una casta, se trata de una extraña casta abierta: cualquiera puede entrar en ella. Incluso es posible que sea una de las profesiones más abiertas que existe hoy en España, pues no hay barreras de entrada fundadas en la procedencia social ni en la cualificación.

Cualquiera puede dedicarse a la política, sea en un partido o en otro. Y no hay más que echar un vistazo al personal partidario para comprobarlo. Cosa distinta es que se logre hacer  carrera  y aún otra cosa es cómo se hace carrera en ella.  Pero la cuestión no es ésa. La cuestión es que una casta de puertas abiertas, sorry,  no es una casta.

La reacción al  atentado en la maratón de Boston, bajo la mirada implacable de El País:

Un país en el punto de mira

Las bombas de Boston han vuelto a disparar la histeria que nunca desapareció del todo desde los ataques del 11-S

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Qué tipos más excitables los norteamericanos. Por un atentado como el 11-S  se pusieron como locos y, a la mínima ocasión, un atentado en una maratón, vuelven a la chaladura, la histeria y la paranoia. Pobres imbéciles.

En España, tras un atentado contra unos trenes de cercanías pocos días antes de unas elecciones, reinaron la serenidad y la claridad de juicio. Hasta el punto que un número considerable de personas entendió enseguida que el inductor del atentado era el presidente del Gobierno, un tal Aznar,  y acudió a las sedes de su partido para  llamarle asesino más de cerca. Fue un caso único en el mundo civilizado y democrático tras un atentado terrorista. En Estados Unidos,  fueron tan idiotas que no culparon a Bush del 11-S  (algunos sí, Chomsky, Moore y otros, pero, ay,  fueron los menos). En fin, ya pueden envidiarnos.

Como todos los 14 de abril. Hay viejos republicanos de ahora mismo que salen a la calle a celebrar el advenimiento de la Segunda República. La Primera, la pobre, con lo divertida que fue, si comparamos, no tiene a nadie que la recuerde. Igual influye lo de  la bandera, que yo creo que hace mucho; la tricolor representa más gráficamente no  sólo a otro régimen, sino también a otro país. Digo ”otro país” por no decir otra nación: me da que los adeptos de la tricolor  no ven en la tricolor a una nación. Igual no han visto los Estatutos de autonomía que promulgó la República.

No sólo ven otro país, ven otra historia: la Historia que no pudo ser. De ahí el mito de la Segunda.  Un mito que entronca con otro más antiguo: el del fracaso de España, que se cultiva tanto en la izquierda como en la derecha, por turnos y cada una a su modo. Pero que hoy es también universal: se premian las buenas intenciones que han sido frustradas.

El republicanismo pudo ser, y fue, en tiempos, una suerte de religión secular: la creencia en que la república era la cura para todos los males de la patria. En nuestros días, por suerte, los Estados democráticos, sean repúblicas o monarquías, no necesitan devotos republicanos o monárquicos.

Me sorprende cuántas veces se da por sentado que la monarquía es un anacronismo, una antigüedad. ¡Cómo si la república se hubiera inventado ayer!

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Los mil y un bulos de la crisis (en VLC News)

La facilidad con que se difunden y aceptan datos falsos sobre las causas y los efectos de la crisis dejaría pasmados a aquellos traficantes de bulos de  tiempos pretéritos. Ellos tenían a su favor que apenas había gente ilustrada y que no existía nada semejante a nuestra industria de la comunicación. En este siglo hiperinformado no podemos alegar ignorancia.

El caso de los desahucios, por ejemplo. A raíz de un informe del Consejo General del Poder Judicial….(Seguir leyendo)

“Expropiar” es término fuerte y tiene admiradores, aunque siempre de lejos: siempre que expropien a otros. El éxito de la Junta de Andalucía ha estado en utilizarlo.  Qué exitazo ha tenido el señuelo; hasta un escéptico como Iñaki Gabilondo cree ahora que la izquierda existe, que ha resucitado.

Yo, que soy mucho menos escéptica que el veterano periodista, creo, sin embargo, que la parte mollar del decreto de la Junta está en las multas que les van a poner a las personas jurídicas (inmobiliarias, bancos) que tengan viviendas deshabitadas. Leída en diagonal la farragosa letra del decreto, extraigo que será así; es decir, que se multará por tener una vivienda vacía aunque se haya puesto en alquiler. Impresionante.