Ortuzar, de la taberna vasca

Oigo un momento la entrevista en el matinal de Onda Cero a Andoni Ortuzar, presidente del PNV. Le oigo decir que ” la clase política madrileña está desquiciada” y creo que quiere que sus oyentes piensen que está escandalizado por esa Sodoma y Gomorra. Pienso que quiere que el oyente se escandalice con él por esa orgía  política y concupiscente (ay, aquel manifiesto fundacional de la dictadura de Primo de Rivera) que se monta en el rompeolas de todas las Españas.  Hasta es posible, y esa es la hipótesis más denigrante, que se crea lo que dice. Pero el problema es su tono.

Ortuzar tiene el tono de la taberna, también de la caverna, vascas, y ese sonido le hace a uno ponerse siempre del lado del caos y el desquicie de la metrópoli, frente al otro, donde impera el orden, pero el orden primario y violento de la sangre.

Ortuzar, que presume de periodista durante la charla en Onda Cero (qué  mal quedan las entrevistas en plan amiguetes), suelta los tópicos gruesos del tertuliano agitador (del  tertuliano nacionalista, en su caso) y está tan deficientemente informado como lo suele estar aquel. Dice que el Estatuto vasco es el único,único, único que no se ha reformado en 40 años. El gallego tampoco, señor.

Fue, durante casi una década, director general de EiTB, la tv autonómica vasca. Sin comentarios.

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2 respuestas a Ortuzar, de la taberna vasca

  1. Flash dijo:

    Ortuzar tiene jeta de aldeano listillo, de esos que se acercan al caserío a preguntarte cualquier banalidad para testar si te has enterado que te ha movido la muga. Si no hay reproche, se va encantado pensando que no te has dado cuenta, ignorando que tú ya has compensado moviéndole la muga a él en otra linde que te mola más. 

    Astucias de aldeano…metido a político. 

    En cualquier caso el Madrid político y aledaños está bastante gomorrizado, y esa degradación institucional y administrativa generalizada da alas a estos tíos.

    Hay que dar gracias a alguna al destino que no haya una autonomía nacionalista que luzca minimamente aseada porque las fuerzas centrifugas serían imparables con el descrédito del Estado de estímulo.

    Sicilia empata con Nápoles.