Ajusticiado

Joan Pich i Pon, que fue lerrouxista y alcalde de Barcelona en varias ocasiones a principios del siglo XX,  se puso muy contento cuando después de que le procesaran por el caso del estraperlismo,  le entregaron un premio. “Por fin me han ajusticiado”, proclamó satisfecho.

Hoy, la misma confusión, y la misma sensación.

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Hola, soy…

Felipe

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El despacho 524

No seré yo quien ponga en duda la fiabilidad de los despachos diplomáticos. El embajador Lothar Lahn había estado en el Chile de Allende antes de Madrid, por lo que tenía experiencia en materia de golpes militares. Sorprende que el Rey fuera tan poco cauto a la hora de expresar lo que Lahn califica de comprensión cuando no simpatía por los golpistas, pero todo es posible.  Incluso que estuviera tratando de explicarle por qué había ocurrido.

En Spiegel online, la nota en cuestión: “Spanischer König: Juan Carlos sympathisierte mit Rechtsputschisten” (Rey de España: Juan Carlos simpatizaba con los golpistas de derechas),  ha reunido unos cuantos comentarios de lectores. La mayoría son críticos respecto a la credibilidad de la noticia y de la nota. Hay un lector, sin embargo, que da las gracias “a los alemanes” (“Danke Deutsche”)  por revelaciones como ésa. Sin duda, un español.

(El comentario del agradecido: núm. 18, firmado por santsenc)

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Rajoy & Mas, asociados…

…(o no)

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Uni-dos

Tenía intención de hacer una pequeña crónica sobre la comida heterodoxa que celebramos el viernes en Madrid, pero  he tenido que ocuparme del congreso del PSOE, asunto que está más en la ortodoxia. La situación de ese partido se resume numéricamente: 487 contra 465. Solo veintidós individuos (más) se han resistido a entrar en  el casino y  apostar todo el dinero que les quedaba a una carta chunga. Entre dos males conocidos, siempre el más predecible, hombre. Pero la mitad del PSOE cree en los milagros, aunque sin saberlo, claro. Observo, por otro lado, que los partidarios de la perdedora hacen llamamientos  a la unidad. Espero que no hagan caso del mensaje subyacente. Ni uno solo de los descerebrados debería formar parte de los órganos de dirección efectivos. Aunque ¡son tantos!

***

Y a lo nuestro. La comida fue grata, civilizada, informal, divertida y, ¡ay!, breve. De no ser por el servicio de transporte exprés que allí se improvisó, gentilmente proporcionado por Archi Taxi Driver, a duras penas hubiera llegado yo al avión: por una vez, el condenado salió a la hora. Hubo, por resumir,  mucha pluralidad,  contraste de pareceres, gran amplitud de miras, intercambio de información (confidencial, por supuesto)  y un ejemplar comportamiento a la hora de establecer los turnos de búsqueda de comida (al buffet) y vigilancia de las pertenencias, que no por estar rodeado de gentes de apariencia respetable, hay que fiarse.

Habrá que repetir.

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