Entrevisto en la entrevista

Una de las obsesiones menos estimables de la prensa es querer saber lo que va a pasar cuando aún no sabe lo que ha pasado.  Así sucedió en la entrevista a Rajoy. Tan focalizada en si va a pedir o no va a pedir el rescate y tan desinteresada en el proceso que ha llevado a la eurozona al borde de la desintegración. A fin de cuentas es por el riesgo que corre el euro  que el BCE ha diseñado los planes de compra de deuda  que implican la petición de rescate.

En cuanto a la audiencia, no me parece mala noticia que no hubiera un enorme interés por la entrevista. Es una suposición,  pero puede ser que el público no crea que el apocalipsis esté cerca ni que el Gobierno tenga en sus manos la salvación ( o su contrario). Aunque, claro, a las nueve y media de la noche, quizá solo los profesionales (el deber nos llama) y los masocas se ponen a ver un pestiño tal en la tele.

Aquí algunas audiencias de Rajoy (anoche tuvo 3.258.500 espectadores y un 20,6% de cuota):

  • 16.06.2008. Entrevista en Antena 3. 1.802.000 espectadores (12.3% de cuota de pantalla).
  • 26.02.2008. Entrevista en Antena 3. 3,3 millones de personas (20% de cuota de pantalla).
  • 18.02.2008. Entrevista en Telecinco. 3.069.000 espectadores (un 18,5% de cuota de pantalla).
  • 07.02.2008. Entrevista en Cuatro. 2,6 millones de espectadores (un 14% de cuota de pantalla).
  • 29.01.2008. Entrevista en Espejo Público (Antena 3). 345.000 espectadores (un 14,7% de cuota de pantalla). El mismo día, y la misma hora, Zapatero logró en ‘Los desayunos de TVE’ 607.000 espectadores (29,4% de ‘share’).
  • 20.04.2007. Entrevista en “Tengo una pregunta para usted”.  6.338.000 espectadores -medio millón más de los logrados por Zapatero- (34,9% de cuota de pantalla). (Datos de elmundo.es).

Otra posibilidad, vistas las grandes audiencias que congregó aquel “Tengo una pregunta para usted”, es que el público no crea en el periodismo.

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El rescate y las prisas

Hay un sector de la prensa y de la política  partidario de  que el Gobierno español pida cuanto antes el rescate a fin de que Draghi se ponga a comprar deuda.  Quieren  que Rajoy se presente en ventanilla ya mismo. Aunque no  conozca (nadie conoce) las condiciones que llevará aparejada la solicitud de ayuda.  Desde su punto de vista, si don Mariano no acude raudo a pedir el rescate es porque prefiere esperar a que pasen las elecciones vascas y gallegas o porque es incapaz de tomar decisiones.

El diario El Mundo, uno de los que insta a Rajoy a “pedirlo ya”,  ponía -el sábado- como ejemplo  a Monti, porque había dicho que acudir al rescate no era un “drama”.  Esa es la actitud adecuada, señalaba  el editorial.  Pero  le habían aplicado un pequeño recorte a sus declaraciones. El primer ministro italiano dijo en la misma ocasión que era  “prematuro” pronunciarse  y que Italia “continúa avanzando en el sentido de la disciplina y las reformas, lo que podría, y yo creo que podrá, hacer que no sea necesario recurrir a esta ayuda”. En una entrevista posterior,  afirmó   que Italia “hará todo lo posible para no pedir la ayuda”. Luego agregó que “por ahora no lo necesita”. Y su portavoz  hizo saber que “Italia no aceptaría condiciones más allá de las ya acordadas”.  

Puesto que el escaso entusiasmo que despierta el rescate en el gobierno italiano no guarda relación con citas electorales, se puede pensar, como hipótesis, que no es tan bueno como  lo  pintan los  del “cuanto antes”.

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Horacio Vázquez-Rial

Horacio Vázquez-Rial murió anoche en Madrid. Tenía 65 años.  Había nacido, como le gustaba bromear, en el Centro Gallego de Buenos Aires. En su juventud, fue trotskista, como una servidora, pero en la Argentina, que era otra movida. Mi primer recuerdo de Horacio es ver su nombre como traductor de las novelas de Chandler y otras por el estilo, que yo leía en las noches de insomnio allá a finales de los setenta. Pasaron muchos años, sucedió el 11-S y Horacio apareció con un libro parteaguas: “La izquierda reaccionaria”.  Me escribió un email por mis artículos, resulta que estábamos, aproximadamente,  en la misma onda. Conseguí organizar una presentación suya en Vigo, donde conoció a mi padre, otro nacido en Buenos Aires; luego, siempre me preguntaba por él.  Nos vimos alguna otra vez, en Madrid, adonde se había trasladado a vivir, tras tantísimos años en Barcelona. La última fue cuando José María Marco presentó su última obra. Tenía buen aspecto, pero él no quiso echar las campanas al vuelo cuando le pregunté cómo estaba. Horacio era un ser generoso y afectuoso. Escribía maravillosamente, tenía ideas, y obra y títulos. Sin embargo, salvo en los suplementos de LD y en alguna Tercera  de ABC, la prensa española no le ofreció nada. Ella se lo ha perdido. 

Descanse en paz.

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Yo, mí, me, conmigo

 

Decíamos ayer

 

 

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Los abuelos Cebolleta…

 

… y  la independencia.

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